Es frecuentes que al detenernos frente a la luz roja del semáforo aparezca
uno o varios niños de descuidado aspecto y evidente abandono, para solicitándonos
algunas monedas a cambio de algún producto o simplemente una limosna; y frente a
esta circunstancia creo que la gran mayoría de nosotros no dejamos de hacemos
muchas preguntas respecto a este dramático cuadro, una de ellas comúnmente es
¿Y qué futuro le(s) espera ante tanta adversidad y abandono?, y sabemos intuitivamente
lo decepcionante que resulta la respuesta a nuestra interrogante, pues
conocemos el resultado que les espera a la gran mayoría de estos niños que se
encuentran obligados a sobrevivir expuestos a semejante desamparo. De similar
forma y ante el abandono de los consecutivos gobiernos por brindarle
oportunidades básicas a gran parte de la población menos favorecidas, una de
ellas la oportunidad al trabajo, frente a lo cual y ante su consecuente desesperación,
tal como los niños de la calle, se ven obligados a recurrir, en el mejor de los
casos, a cualquier forma “lícita” para la obtención de recursos para el sostén
de sus familias; pero que por el gran volumen de población sometidos a estas
precarias condiciones estos se convierte lamentablemente en agentes de la “Informalidad” , misma que se encuentra
presente en todo tipo de actividades económica y que ya nos ha demostrado con
creces los problemas y distorsiones que produce esta forma de desarrollar
cualquier actividad.
Una de las actividades afectadas por esta mala
forma o estilo de operar es el transporte público, el cual durante muchos años
se encuentra en total abandono por parte de los sucesivos gobiernos tanto nacionales como ediles, y que en muchos casos
fue desafortunadamente sometido a malas medidas experimentales que lo único que lograron fue caotizar más a
este importante servicio siendo muchas de estas medidas las responsables de las
actuales y kafkianas condiciones en que se encuentran nuestras vías y servicios
de transporte, siendo sus informales procesos y peor administración estilos que
debemos desterrar definitivamente si es que deseamos tener servicios de calidad
y un mejor ambiente en nuestras vías.
Forma parte de esta informal coyuntura el servicio
público de taxis quienes por su voluminoso número son los principales usuarios
de las vías limeñas, llegando por su número a representar el 75% aproximadamente
del tráfico de la ciudad, valor que se magnifica por las malas practicas de conducir
que emplean obligados por el actual sistema de trabajo y que es causante en
gran parte de los accidentes ocurridos en nuestra ciudad; de allí la expresión
“No manejes nunca detrás de un taxi vacio”.
A fin
de optimizar el servicio de taxis y con ello darle solución progresiva a gran
parte de los problemas del tránsito en nuestra ciudad, propongo la
implementación de un nuevo sistema el cual en el siguiente párrafo detallaré de
forma sintética, para su mejor entendimiento, de aquello que constituye mi
propuesta.
Mediante la unificación de todos los taxistas,
quienes en su mayoría trabaja de manera independiente
en más del 99%, el sistema suprimirá el proceso de recorrido empleado para la búsqueda
de pasajeros siendo esta arcaica practica reemplazada con el uso de medios electrónicos
tal como operan las centrales de taxi pero a una mucha mayor escala. Operando
de esta forma reduciríamos inicialmente el tráfico de la ciudad en un 35% aproximadamente
descartado adicionalmente todas las múltiples y malas prácticas de manejo
usadas actualmente para buscar y recoger pasajeros de las cuales todos podemos
dar testimonio. Con el sistema propuesto también se hace posible reducir proporcionalmente
la emisión de gases vehiculares
contribuyendo efectivamente con el cuidado del medio ambiente. Este proceso
está basado en el principio de que el vehículo que brinda el servicio de taxi
que se encuentra más cercano sea el que atienda la solicitud de servicio que se
presenta.
Soy consciente de que como consecuencia de las
muchas iniciativas engañosas de la que fueron víctimas en el pasado, el
principal obstáculo para la implementación de mi propuesta será lograr la unión
de todos los taxistas, pero como uno de ellos conozco muy bien y en carne
propia cuales son sus más importantes necesidades y problemas y puedo asegurar
que todos ellos están contemplados por mi propuesta. Solo como muestra
mencionaré dos de los beneficios perseguidos para este grupo. La primera es que
con el ahorro obtenido por el sistema en lo que se refiere a combustible este monto
holgadamente permitiría financiar el pago de un sistema de salud no solo para
los taxistas sino también para su familia. Y como segundo beneficio mencionaré
que el sistema propuesto contempla la ejecución de proyectos de negocio como fuente
de generación de puestos de trabajo para los taxistas pues puedo asegurar que
gran parte de los taxistas preferiría tener un puesto de trabajo o desarrollar
algún proyecto de negocio, y que se dedican al taxi solo como una forma de llevar
recursos a sus hogares.
Totalmente de acuerdo contigo, pero eso de unificar en una sola central el servicio de taxi es por no decir menos una tarea titánica en el que muchos ya han fracasado y hoy no quedaron más que un buenas ideas e intenciones , hay que analizar todas las variables que han hecho imposible la realización de esta idea para no caer en lo mismo, hay que evaluarlo a nivel de perfectibilidad y factibilidad tanto técnico, económico y social para así determinar su viabilidad , hoy parece que los más entusiasmados e interesados en unificar ya no solo el servicio de taxi sino el servicio de transporte público y privado ya bajaron los brazos y parece que sus voluntades han sido minados de una manera contundente que los han desaparecido, basta dar una ojeada las paginas oficiales de los gremios de este sector para darnos cuenta de esto. Hoy se necesita nuevamente retomar con fuerza lo dejado y abandonado por muchos y de una manera lógica, estructurada y metódica realizar los cambios necesarios. Por lo pronto de dejo una interrogante, donde crees tú que se origina el desorden del servicio de taxi?
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